domingo, 24 de noviembre de 2013

MIS ZAPATOS

Heridas llevo en los pies
de caminar descalza,
descalza por este mundo
de llantos que me alcanzan.
 
¡Quiero ponerme zapatos
pero no consigo hacerlo!
¡Quiero poder alcanzarlos
pero no puedo cogerlos!
 
¡Amigo! Acércame esos zapatos
que no puedo dar un paso.
Me están sangrando los pies
¡Yo no puedo! ¡Me abraso!
 
No encuentro quien me los dé.
No encuentro amigo ninguno.
¿No hay quien me eche una mano?
¡Dame aunque sea uno!
 
¿Dónde están mis amigos?
¿Por qué no me dan los zapatos?
¿Dónde están mis seres queridos?
¡No me ayudan a alcanzarlos!
 
Solo hay una solución
para que no me sangren los pies...
Y es que alguien me los vende...
¡Y solo puede hacerlo él!
Mi Señor... Mi Jesús.
 
 
 
Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas. Salmo 147:3.
Dedicado a la memoria viva de mi madre María Jesús. ¡Gracias por tus versos prestados! Te amo.
 


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