jueves, 28 de noviembre de 2013

¿Y DESPUÉS DE TI?

Cierro los ojos para  poder sentirte... para poder oler tu olor.
Suave fragancia embriaga mi corazón.
¿No sabes cuanto te extraña mi pobre alma?
No hay noche que no añore tus dulces palabras en la  luz de mi cama.
¿Y después de ti, que más hay?
Yo no quiero nada después de ti.
Ni quisiera que hubiera habido algo antes de ti.
Fuiste lo primero, fuiste lo único que amé.
No hay lluvia que calme mi dolor.
Ni paz que consuele tu pesada ausencia.
¿Y después de ti que más hay?
Yo no quiero nada después de ti.
Es tu ausencia un frio infinito en mi corazoncito.
Se me agota la vida si tú no estás.
¡Y lo ves! Derrotada sin consuelo...
Llena de sombras oscuras, derrotada y desangrada.
Tu recuerdo... se me clava el alma.
Y atormenta sin cesar mis sueños y mis pocas esperanzas.
¿Y después de ti que más hay?
Yo no quiero nada después de ti.
Vuelve con el rocío de la mañana.
Vuelve para no marcharte jamás.
Vuelve amo tus palabras.
Tus caminos deleitosos.
Tus llanuras me dan seguridad.
¡Escucha mi voz! La plegaria de mi corazón.
No tardes en mirarme, aparta de mí tu indignación.
Necesito ahora tu amor.



domingo, 24 de noviembre de 2013

MIS ZAPATOS

Heridas llevo en los pies
de caminar descalza,
descalza por este mundo
de llantos que me alcanzan.
 
¡Quiero ponerme zapatos
pero no consigo hacerlo!
¡Quiero poder alcanzarlos
pero no puedo cogerlos!
 
¡Amigo! Acércame esos zapatos
que no puedo dar un paso.
Me están sangrando los pies
¡Yo no puedo! ¡Me abraso!
 
No encuentro quien me los dé.
No encuentro amigo ninguno.
¿No hay quien me eche una mano?
¡Dame aunque sea uno!
 
¿Dónde están mis amigos?
¿Por qué no me dan los zapatos?
¿Dónde están mis seres queridos?
¡No me ayudan a alcanzarlos!
 
Solo hay una solución
para que no me sangren los pies...
Y es que alguien me los vende...
¡Y solo puede hacerlo él!
Mi Señor... Mi Jesús.
 
 
 
Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas. Salmo 147:3.
Dedicado a la memoria viva de mi madre María Jesús. ¡Gracias por tus versos prestados! Te amo.
 


PIONERA

Quisiera ser pionera
que va buscando el camino...
camino hacia delante
que llega a la eternidad.

Caminar deprisa quiero
e indagar ese camino...
camino de luz y de vida,
donde yo voy a morar.
 
Quiero seguir hacia delante
sin mirar hacia atrás
pero tengo miedo a perderme
y a cansarme de caminar.
 
No quiero ser un colono
que se ha agotado de andar
que exclama: -¡Aquí mismo me quedo
pues no puedo continuar!
 
¡Oh Jesús hazme pionera
para indagar más y más!
No dejes que me derrumbe
cuando las cosas van mal.
 
Dame tú la victoria
déjame llegar al final,
al final que yo deseo
dejandolo todo atrás.
 
 
 
 
Dedicado a la memoria viva de mi madre María Jesús. ¡Gracias por tus versos prestados! Te amo.

martes, 19 de noviembre de 2013

AMOR FUGAZ

¿Dónde está el amor del que tanto me hablas?
¿Dónde está? Que ya no lo puedo ver.
¿Acaso eres como cosa ilusoria? 
Como el rocío de la mañana, fresco y necesario...
 pero que pronto se desvanece.
No, no me quites la mirada, porque me pierdo.
No quiero otras manos que sujeten mi alma quebrantada.
No quiero otra voz, no, no, no...
Con mis manos cubro las huellas que me has dejado...
No quiero que nadie las dañe.
Lucho todos los días porque no se borren...
Dame el amor que tanto necesitamos.
Necesito amarte de nuevo, se que aún no te has marchado.
Ahora que me he quedado sola... se que te debo todo.
Decidiste amarme eternamente, pero ¿y yo?
¿Por qué soy tan inestable? ¿Por qué a veces te siento?
y ¿otras veces me pierdo? Dame tu mano...
Llévame a casa, quiero volver...
Envuélveme en tu abrazo eterno.

lunes, 11 de noviembre de 2013

PERDÓNAME



PERDÓNAME

Dame el cielo que necesito tocar.
tan solo por un instante,
tan solo por un segundo en mi cuerpo.
                  
Quisiera respirar, respirar... sé tú mi respirar...
ser de tu viña, tu fruto de la vid,
por un instante, tan solo por un instante.

Poder sentir lo que un día me hizo latir,
perdóname... perdóname...
¿Dime en qué camino me perdí?

Necesito volver, hazme volver.
Atráeme a ti, no me dejes ir.
Sin tí no puedo vivir.

No supe, no lo vi llegar...
perdóname... perdóname...
No te alejes más.

Si tú no estás...
¿para que quiero ganarme el mundo?
si no pude ganarme tu corazón.

No supe, no lo vi llegar...
me envolvió en su nube,
así sin más, perdóname... perdóname.

No olvides cada lágrima que hicimos nuestra.
Ni olvides mi corazón derramado en tu presencia.
Las veces que te oí llamarme de madrugada.

No supe, no lo vi llegar...
me envolvió en su nube,
así sin más, perdóname... perdóname.

No supe, no lo vi llegar...
perdóname... perdóname...
no te alejes más.







domingo, 10 de noviembre de 2013

MI ROMANCE DESPERTÉ

                   
Mi corazón se corrompe si tú no estás,
 si tú no estás ya nada huele igual..
no hay sal que sazone que preserve el amor.
Nada hay sin ti, nada...

Iré contigo, sí, sí iré. El otoño ya ha llegado, y el frio también.

 No quiero estar sola, no sé estar sin ti.
Iré...Te ofrecí mis manos, te ofrecí mis pies,
mi alma espinada y mi voz también.
 
Vamos, aremos el campo, ayúdame, no me sueltes de la mano.
 Tu amor en flor es más dulce que la miel.
La brisa es dorada, su fragancia jazmín...
No existe mayor emoción que el romance contigo.

 Vuelve... ¡Heme aquí! te grité... ¡Heme aquí!
Me respondiste con amor,
 abrazaste mi alma, sanaste mi dolor.
 
Lo prometo no hay nada más bello,
que un romance en flor.
Te amé... y mientras callé, se envejecieron mis huesos.
Mi corazón encogido lloró de dolor,
 por tu falta de presencia en mi corazón.
Vuelve... te necesito... te anhelo.
 Vuelve.

 

viernes, 8 de noviembre de 2013

LA MUERTE ANUNCIADA

La historia que voy a narrar, ha ocurrido en muchas ocasiones y a miles de personas por todo el mundo. No creo que tenga una explicación científica, más bien ocurre porque están ahí, y pienso que está vinculado con lo divino. Digo con lo divino porque estos sucesos le suelen pasar a personas que se dedican a diario a la oración y comunión con Dios.

"La muerte anunciada."

Una mañana de verano, me llamaron por teléfono una empresa que se dedicaba al cuidado de personas dependientes, enfermos y cuidados de niños en el domicilio, para incorporarme de inmediato, necesitaban llenar urgente, una vacante para un contrato de un año, y la precisaban con un buen currículum.
Tan contenta acepté para esa labor, que de inmediato me contrataron con un horario de mañanas, y la mayoría eran ancianos, con aseos encamados.

Me incorporé el día uno de agosto a las ocho de la mañana, en un edificio de viviendas donde vivía un anciano encamado con párkinson y alzhéimer, para ejecutar un aseo diario y pasivo.
Casi todas las mañanas se me hacía tarde diez minutos para entrar a la casa, porque la portera le encantaba hablar conmigo y yo andaba siempre con prisas y por no ser grosera acababa subiendo a la casa un poco tarde, Isabel que así se llamaba la mujer de Juan, no le agradaba ese retraso aunque estaba muy contenta con mi labor pues decía que yo tenía algo especial y que trataba con muchísimo amor a Juan... Así que yo siempre se lo echaba de más esos diez minutos, pues tenía una hora en su contrato y no podía quitarle tiempo.
Había transcurrido un año cuidando a Juan; ya casi era de la familia; sabían de mi fe, de mi devoción a Dios, a su hijo Jesucristo, y a la comunión que tenía con el Espíritu Santo mediante la oración y la lectura de las sagradas escrituras. 
Todos los días hablábamos de Dios, de su amor, de sus promesas, de sus mandamientos, y de los cánticos y salmos que le poníamos a Juan para que se alegrara un poco, pues ellos también eran un tanto religiosos y creyentes.
Isabel decía que notaba la presencia especial de Dios cuando yo entraba al cuarto. Se sentía muy bien, y no quería que la empresa me cambiara de casa. Me querían y yo a ellos.
Pero Juan empezó a empeorar, su estado era algo crítico, y ya lo habían ingresado en varias ocasiones, aunque regresaba otra vez a su casa por mejoría.
Su hija Isabel (se llamaba igual que la madre) venía todas las mañanas para ayudarme a asearlo pues era mejor y más cómodo entre dos.
Una mañana de esas su hija me comentó que no podía más, que su padre estaba sufriendo demasiado y que ella prefería su muerte antes que verlo así, aunque le dolería la ausencia de su padre Juan, pero no podía soportarlo más.
Yo entonces recordé un sermón que oí en la radio cristiana acerca de un salmo y una oración que hablaba de la muerte... y entonces le dije que cuando ella notara que no puede contenerlo más el sentimiento de frustración, que Dios escucharía su oración, que se arrodillara enfrente de la cama de su padre y que clamara a Dios, que se lo llevase, que no debería retenerlo más tiempo, que ya había pasado los ochenta años y su enfermedad no le dejaba vivir con plenitud, que se lo llevara por favor, y que tenga por seguro que Dios la escucharía y que cumpliría su petición.
Pasó dos semanas aproximadamente de esa conversación y yo olvidé aquella conversación...
Era viernes, terminé mi labor y me despedí cariñosamente de Juan.
Llegó el fin de semana, era domingo en la noche cuando yo me acosté, recé en la cama y me quedé dormida.
Entré en un profundo sueño... y en mi sueño veía a Juan en una cama de hospital y mientras cerraba los ojos murió, y al poco tiempo resucitó y exclamando dije: - ¡Juan ha resucitado!
Me desperté Lunes para ir a trabajar y entrar a la casa de Juan, cogí mi ropa para vestirme, y yo decía en mi interior, - he soñado algo y no me acuerdo... Dios mío ¿que era? y sé que es importante...
Suena mi teléfono, era Isabel la hija, y en aquel momento me vino el sueño a la mente.
Empecé a recordar todos los detalles.
Isabel llorando me decía -¿Dónde te has metido? Llevo todo el fin de semana llamándote. Mi padre, mi padre...
Yo le corté la palabra y le dije : - Isabel no me cuentes nada más, lo sé, ¡lo sé mujer! ingresaron a Juan en el hospital este fin de semana y murió allí... pero no te preocupes, tu padre ha ido a los lugares celestiales y está esperando la resurrección de los muertos en Cristo como anuncia la Sagrada Escritura. Lo he soñado esta noche. He sido informada Isabel y no me lo ha dicho nadie.
Isabel se quedó asombrada y me dijo - Hice lo que me aconsejaste, lo hice... me bajé a la capilla, me puse de rodillas y clamé a Dios y dije: si es verdad que tú escuchas ¡llévate a mi padre ya! y cuando subí a ver a mi padre ya había fallecido. ¡Bendito sea Dios por tu sueño pues está en el cielo y te lo ha anunciado!
Y así colgué el teléfono y me dispuse a ir a su casa para informar a la empresa de la muerte tan repentina. Cuando llegue a su casa, le dí el pésame a la familia y me marché sin más, con mi dolor y mi pesar, pues no pude ir a su funeral y ya no lo volví a ver. Pero sé que está en buen lugar y que espera la resurrección. Alguna vez que otra he visto a Isabel su mujer y me recuerda con mucho amor y añoranza.
Y así acaba esta historia tan triste y a la vez misteriosa pues existen cosas que no lo podemos explicar, como el sueño, lo que ellos sentían cuando yo entraba a la habitación, y el pequeño milagro que vivió su hija Isabel.
Cada uno puede pensar lo que quiera, es libre de hacerlo, pero yo sé lo que viví, y sé que fue real.

                                                    Fin

Aquí concluye "La muerte anunciada" espero que le haya gustado y no le haya parecido un tanto pesada, pues fue un caso real.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA VEJEZ EL FIN DE LA HISTORIA


 

          

¡Tanto cuidarte! ¡Tanto cariño!
¡Tanto esmero en que cada pliegue
y arrugas de tu piel huela a rosas...!
¡Tantas historias contadas con risas y miradas!
¿Para que? ¿Para que ahora hagas las maletas?
¿No te llevas nada?
Tu voz ... tu voz... tu voz suena lejos...
 te vas... te vas... te vas...
Dejándome sin consuelo
y llena de tu recuerdo.
La vejez el fin de la historia.