martes, 19 de mayo de 2015

LA TELA DE ARAÑA.


Mateo 18. 9 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.

LA TELA DE ARAÑA.

Había un hombre que tenía un corazón que amaba a Dios. Todos los días al terminar la jornada, dicho hombre deseaba entrar a su alcoba para orar y tener un encuentro en la presencia de Dios. Pero cada vez que entraba se encontraba su habitación llena de tela de araña, era tan espesa que el hombre a malas penas podía entrar a orar, así que a pesar de su agotado estado, se dispuso a quitar la tela de araña.
Ardua tarea era la que él tenía que hacer para poder entrar en sus aposentos y orar. 
Y mientras limpiaba su habitación de la pegajosa tela de araña, clamaba a Dios para que le diera fuerzas y así poder quitarla.
Al final de tal agotable tarea, terminaba tan extenuado que no tenía ánimo para entrar en la presencia de Dios, así que se metió en la cama y desde allí hizo una corta pero profunda oración: - Señor dame fuerzas para mañana, pues creo que volverá a pasar este suceso otra vez y tan solo quiero entrar en tu presencia, sin tantos obstáculos...
Y con esa oración el pobre hombre se durmió, y así acababan casi todos sus días...
A la mañana siguiente aquel hombre angustiado por el suceso, le comunicó a un íntimo amigo, el problema que tenía para poder entrar a su habitación, dicho amigo tan solo una cosa le preguntó: ¿Has pedido a Dios que te muestre la araña que está provocando esa espesa tela? Así podrías matarla...
Esta pregunta despertó en él la respuesta, pues nunca había pedido a Dios tal cosa, sino solamente fuerzas para poder soportar las consecuencias de su existencia.
Después de esta revelante conversación, el hombre clamó a Dios, y Dios hizo que la araña saliera de lo oculto para poder matarla, poco después él pudo limpiar tranquilamente su habitación, sacó todo obstáculo que le impedía entrar en la presencia de Dios, y descansó todas las noches de su vida. 
Nunca más tuvo tela de araña, y siempre procuraba que ninguna araña jamás entrara otra vez a su habitación.
La amistad de Dios y la paz colmaron los días de este hombre.
                       
                                                                                         Fin.

"Esta mañana al salir de casa me vino a la memoria ciertas palabras que duramente me dijo mi padre un día:

Ciertamente niña eres usada por Dios en muchas ocasiones, y tal vez en más ocasiones que ni tú tan siquiera te das cuenta, pero estás como enredada en detalles y batallas que nunca terminas de vencer y por eso Dios no puede acabar la buena obra que un día empezó.
Seguidamente vino a mi corazón una bonita frase: Te enredas en luchar contra el pecado y la tentación, diariamente y te agotas... porque no lo has arrancando de raíz.
Así es, a veces luchamos y luchamos  diariamente hasta agonizar, con aquello que tanto nos molesta pero que no terminamos de odiar, para poder arrancarlo de raíz y así sacarlo de nuestras vidas, con el fin de poder ser usados por Dios. 
La palabra de Dios dice si tu ojo te es ocasión de caer, arráncatelo...
Es necesario apartar, arrancar, extraer todo aquello que nos provoca cualquier tentación u obstáculo, del tipo que sea, tan solo hay que pedir a Dios ayuda para poder descubrir la raíz del problema y con ello sacarlo directamente de nuestra vida. El que no se despide de las cosas que ama, no puede ser discípulo del Señor.
Os invito a que cada día dejemos que Dios haga la obra y nos muestre el camino en la medida de nuestras fuerzas. Dios es bueno, confiemos, él terminará la buena obra que comenzó."

 El baúl de Cenicienta.
                        

domingo, 17 de mayo de 2015

UN AMOR ENTRE ALEGORÍAS.

Y allí estaba ella, esperando en el cuarto de la soledad que tanto le asediaba.
Un grito de angustia corrían por sus venas, como ecos incesantes, sin fin, sin paciencia... esperando oír el sonido de aquel mensaje, que calmara la sed de su alma. Esperaba unas letras en su correo, unas simples letras, que le hablasen de amor, de sueños por cumplir...
Pero en la angustia de aquel atardecer, ni una llamada recibió.
Él había decidido olvidarla, y no regalarle más dulces mentiras bañadas de un licor melancólico.
Él decidió aquella tarde borrar su número y todas sus cuentas, bloquear todos los caminos de internet que conduzcan hacia su nombre y hacia un desastre mayor. Pues su amor, no podía consumarse... se habían dicho tantas cosas, y todas ellas, eran como punzadas clavadas en el corazón. Una mentira tras otra, y todas por mensaje instantáneo.
La tecnología había avanzado mucho estos últimos años, con ello, el amor y sus múltiples e interminables fantasías, pues ambos van abrazados desgraciadamente en gran parte, por este grupo de mensajes y redes sociales.
Ellos se conocieron así, bajo este influjo tecnológico y fueron tantas las mentiras que les lastimó la relacción.
Él fue el más valiente, y rompió con este amor de la misma manera que la conoció.
Solo que antes de borrar su dirección de correo, un mensaje le escribió:

"Olvida todo este tiempo, borra todo lo que tenga que ver con nosotros, no habrá un mañana de mentiras para estos dos corazones melancólicos, di adiós, y no mires atrás pues me romperás aún más el corazón. Sabes que no pudo ser y esto no va a volver, bloquea mis cuentas y olvídame.
Y apartir del nuevo amanecer empieza a vivir una realidad bañada de verdad, pues es tu vida, pon en ello tu corazón... Adiós y no llores por tanta alegoría, ríe y vive, pues la sangre corre por tus venas, aprenderás la pasión y sabrás lo que es amar en tu piel, lucha por ello y serás feliz. Adiós."
Cuando ella leyó este mensaje através de su Pc, cerró los ojos y expirando un suspiro, pudo saborear la libertad.
                              
                                                                        FIN.

Tal vez puedo ser insistente en esto, e incluso aburrida, pero a veces la tecnología, y las redes sociales pueden causar perjuícios emocionales. Solemos regalar facilmente nuestro corazón a personas que no conocemos en realidad, y no sabemos a ciencia cierta, quién se esconde detrás de la pantalla. Hay que llevar cuidado y estar en alerta, pues lo ladrones de almas frecuentan estos lugares y te roban la paz. No te engañes y no des tu corazón a cualquiera que pulula por ese universo llamado internet, no des parte de tu vida a personas que tu ojo y tu piel no hayan podido ver y tocar. No es fácil, pero más difícil será olvidar una mentira que te hizo crear un castillo innecesario. Se responsable con tus actos y vive realidades.

Un saludo desde El baúl de Cenicienta.


martes, 12 de mayo de 2015

SEDIENTA.

Divagar con el corazón por los resquicios de recuerdos exiliados. Anhelando un rescate inmediato, pues muere el alma sedienta, necesitada de agua fresca. Y allí en un ritual grotesco de oraciones inacabadas, se oye un gemir, un clamor, un grito de angustia, convirtiéndose en ecos que afloran de dentro hacia fuera, llenando todo ese espacio-tiempo  en una semejante eternidad.
No son muchas las palabras, pero solo una bastará para salvarme... tan solo si pudiera rozar con unos de mis dedos el aire expulsado de tu boca, quedaría libre de toda atadura.
Si tan solo pudiera mirar  tu gloria, aunque sea por la mirilla de una puerta, sería sufiente para calmar la sed de mi alma.
Pues bien sabe los recuerdos grabados en mi piel, que tu gloria no es comparable con toda la belleza de este mundo... ni aún el más fino y pulido diamante, ni tan siquiera el oro, tendría valor ante todo tu encanto.
Y  aquí, en la angustia de mis deseos, anhelando ser rescatada de este desenfrenado veneno que corre por mis entrañas, llegando a mis venas, quemando todo lo que a su paso encuentra.
No es mucho el tiempo que puedo retener entre mis dedos, pues la respiración es agitada y el llanto que contiene mi alma es desmesurado...
No tardes, el tiempo es corto, no te tardes... ¿He de morir yo en mi angustia.? ¿Seré semajante al cervatillo o al corzo que muere de sed en el desierto.? Pues bien sabe mi corazón que la esperanza en ti, es eterna.
No tardes... no te tardes en venir a rescatarme, pues con mi espíritu muero yo.