Como ya sabeís mucho de vosotros, desde siempre me ha gustado meditar sobre la profundidad de aquello que me ha ocurrido y me ha calado hondo, para luego escribir una reflexión que nos enseñe, y con ello, poder ser cada día un poco mejor, pero antes de escribir alguna anecdota, me gustaría adentrarme en las escrituras para tener un apoyo en la reflexión de este día.
El amor según las escrituras.
1Corintios 13.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser...
Estas palabras hablan sobre como debería de ser el amor en realidad, de como deberíamos de comportarnos y sentir acerca del sentimiento más bello que el mundo pueda retener.
¿De qué manera te gustaría que te amasen? ¿Cómo te gustaría ser tratado por tu prójimo?
Sería perfecto si todo el mundo pudiera amar sin obstáculos como dice la carta a los Corintios. ¿Verdad? Pero desgraciadamente hoy en día, es raro la persona que incondicionalmente entrega a ciegas su corazón, sin esperar nada a cambio, y si pudiera hacer, alguna obra que derrame y demuestre un profundo amor, aunque no sea tan intenso como el de las escrituras, a uno la toman por inocente o más bien por bobatonta.
Y así es amigos, porque el mundo está lleno de maldad y para nuestra desgracia, se está enfriándo en muchos y ya hoy en día, hasta molesta ser cariñosa y amorosa.
Esta mañana en mi trabajo, haciendo cuidados preventivos a una mujer con alzheimer, en medio de su aseo y acicalamiento personal, me expone tan convencida, que ella me conocía de algo, como si hubiese sido una persona muy apegada a ella, me pregunta, si yo había trabajado con ella en otro sitio. (Refiriéndose a su juventud).
Y yo le dije que no, que ella estaba confundida, y que ella me reconocía de estar casi dos años diarios cuidándola en su casa, claro lo que me sorprende de esta conversación, no es su pérdida de memoria que es evidente por su enfermedad, lo que me sorprende, es con el cariño que me recuerda, como si fuese alguien íntimo, puesto que ella hacía alarde a que yo era alguien muy cercano, pero que no puede recordar con claridad.
Ese sentimiento profundo su memoria no lo había perdido aún, pues a eso tan bonito, que solemos estrechar con ternura, se le llama amor.
El cariño que yo diariamente he depositado sobre ella, había provocado en nosotras un acercamiento íntimo, que no es tan fácil de borrar.
¿Qué hice yo en ese momento, que su pregunta con respuesta me pilló desaprensiva?
Lo único que pude hacer es darle un abrazo, y decirle con todo mi ser, lo mucho que yo la quería, su rostro de angustía cambió, y me regaló una sonrisa.
Este amor, este cariño que yo siento por ella, sí que va a ser incondicional, pues aunque por muy duro que me parezca, un día mi rostro será borrado de su memoria y para ella un día seré una completa desconocida, pero en mí, seguirá ardiendo ese cariño intenso, esos recuerdos, que harán que pueda soportar con paciencia su comportamiento.
A pesar de todo yo la seguiré amando y cuidando si Dios lo permite, con el mismo cariño de siempre ó tal vez, será más bonito, pues lo necesitará aún más.
Y así es Dios con nosotros, aunque nos apartemos, aunque nos olvidemos de todo lo que un día hizo por nosotros, él jamás se olvidará de ti, ni de mi, y siempre actuará de manera incondicional, de esa forma tan especial, como dicen las escrituras, aunque no le veamos.
Él nunca te abandonará, ni te soltará de su mano, cuando clames a Dios, él te responderá, pues Dios es tu cuidador personal, tu padre, tu hermano, tu amigo... y así deberíamos de ser nosotros con el prójimo.
Un día una amiga, respecto a un problema que estaba experimentando con un familiar muy cercano, se podría decir que la amaba tanto como si de una hija se tratase, me comentó que estaba muy dolida con esa persona, porque tenía la certeza de que un día acabaría clavándole literalmente un puñal por la espalda y me preguntó, después de una dura charla, como debería actuar. Yo rotundamente le dije, haz el bien, no te canses, de amar, aunque ambas ya sabemos su final, pero tu amor incondicional será depositada en ella como semilla y un día dará su fruto; y así pasó...
Te podría contar muchas historias de amor, con un buen final, pues siempre diré que el amor, es la mejor solución aunque no siempre actuémos así, pues nadie es perfecto...
No nos cansemos de amar, por muy agotados, dolidos y turbados nos encontremos, un día ese amor será recompensado aunque no busquemos dicha recompensa. Pues Dios no olvida a quién ama.
El amor siempre vence todo temor.
