lunes, 19 de mayo de 2014

EL CORAZÓN LATE

No hay tiempo que perder, ¿la verdad? Cogí las armas que un día dejé en el camino...
Me vestí de cilicio y allí mismo con mi dolor y frustración por desechar ciertas entidades que para mi son pérdida, me bañé de ceniza y me lancé a la batalla, así tal cual, con una sonrisa de desesperación, esperando la protección Divina, el perdón y su compasión que siempre llenó mi corazón.
Sí, salí a la batalla, mis armas son el amor, la palabra y mi voz...
A ese enemigo que tanto me atormenta, no le gusta nada, pues le causan daños irreparables, y me empuja, y me empuja, y me lanza dardos y coge su espada e intenta darme en el corazón.
Pero es cuando sale a mi encuentro mi protector y me grita ¡canta con amor! ¡canta pues así lo matas!.
Él me llama a las aguas y me baña con su suave palabra, trae perdón, me echa colirio a los ojos para que vea...Yo descanso en sus brazos.
Mi corazón bombea fuerte, pues cada batalla que gano en ÉL... cada gigante que me encuentro en esta batalla, más grande es mi recompensa.
Ya estás muerto pues yo misma te maté... No te quedan armas por la cual herirme, no tienes nada por lo que dañarme, ¡no me puedes matar! ¡Mi alma no es tuya! ¡Él me compró! Pierdes el tiempo queriendo ganar una batalla que yo te derroté...
Caminaba sola y mis rodillas flaqueaban y se postraban ante tu majestad, pero eso fue en un tiempo atrás, ya no puedo, estoy fuerte... pues ÉL me salvó, no tengo nada que perder... tengo mucho que ganar... Tengo mucho que cantar, mucho que escribir, mucho que pelear...
Y esta batalla ya la gané, mis palabras son de ÉL y para ÉL.
Mi corazón late fuerte, y en cada latido un paso que doy hacia su espíritu.
¡Un grito de victoria! Pues ÉL me ama... ¡un grito de esperanza! pues me espera. ¿Quién me apartará de su amor? Ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni nada de lo que hay en la tierra me apartará de su amor...
Lo grito a los cuatro viento ¡Soy de ÉL! Mi corazón late, mi cuerpo tiembla y mi voz canta y grita su nombre cuando siento su presencia... ¡Soy de ÉL! Mis rodillas caen de rodillas ante su presencia...
No vengas a romper lo que ÉL unió con sangre, pues no te pertenezco...
Y ahora con mis lágrimas en la cara y con mis dedos fuertemente arraigados a la escritura...
 ¡Soy de ÉL! ¡Mi corazón late! Y es por su amor.

                                       



 Un poco de música para dar ambiente al relato https://www.youtube.com/watch?v=dy9nwe9_xzw

No hay comentarios:

Publicar un comentario