Siento tu mirada al caminar, y aunque débil esté, pues el camino es largo e intenso, tu voz de lejos puedo oír...
Una brisa suave siento en mi rostro, cierro los ojos para así poder sentir la libertad del viento que mece mi pelo.
Abro mis ojos y noto el sol golpear con sus rayos mis pupilas. Prosigo hacia ti. ¡No te alejes de mi!
La creación está en tus manos, envuelta quiero estar en tus alas, pues allí encontré mi libertad...
El cielo no puede contener el eco de tu voz, pues estallan en estrellas y en galaxias creando una perfecta y magnífica representación y reflejo de tu poder. En tus ojos se encuentra todos los detalles de tu magnificencia y originalidad.
Si huyo, encuentra mi escondite, creando en mi un espíritu íntegro, donde mis oídos estén abiertos a tu voz.
Amante de tu presencia, escondida dentro de mi rincón oscuro, esperando tu mano salvadora, llena de tu verdad y misericordia.
Tu voluntad siempre será mi deleite, mi frustración es no poder realizarla con salvaje libertad.
Y allí en el reflejo de tu mirada siento un suave calor, que me impulsa a caer de rodillas, pues tuya soy, y aunque escondida bajo este manto y luchando contra mis propios deseos, llevando cautiva mi mente a tu voluntad. ¡Lo intento con todas mis fuerzas! Mi corazón solamente lo escudriñas tú.
Y anclada en mi libertad, mirando al cielo, puedo encontrar mis alas. Luchando contra todo lo que no es lícito, pues hija de un guerrero soy. Nunca me rindo y si caigo, allí vuelvo a levantarme, sin mirar a nada más, sigo luchando.
Pues en mi ceguera, tu luz puedo ver, y aunque sorda me quede tu voz también escucharé, y perseveraré hasta el final.
Un intento por acercarme a ti, pues se que tú no me negarás. Y allí sobre tu trono, me llamas por mi nombre, pues bien sabes que dentro de este escondite mi corazón late por ti. Tu nombre está grabado con fuego dentro de mi corazón, nada ni nadie lo puede borrar.
Si pierdo el control toma tú el timón, si me enredo, ¡desátame! y si en la tormenta estoy, ayúdame a no perder de vista el faro.. pues me ilumina, ayudándome a llegar a mi refugio.
Mi esperanza quién me salva...
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