lunes, 6 de enero de 2020

QUERIDOS MAGOS

Queridos Magos: 

Somos conscientes de que sois sabios y entendidos de la astronomía y de todo tipo de Ciencias y Artes que tengan relación con el universo, la religión y sus profecías. 
También sabemos que estáis enterados del nacimiento de un Mesías, de aquel que según las treinta y tres profecías judías, viene a salvar a la humanidad. Puesto que tenemos consciencia que en su busca vais, habéis de saber que no es un Dios común, es bueno, amable, sufrido y amigo de pecadores. ¡Dejadle buena ofrenda!
Porque siendo Rey, se destronará y se despojará de sí mismo. Conocemos que viene a este mundo para ser herido en casa de sus amigos; Y tales heridas, tan profundas serán, que llevarán sellados sus nombres a la eternidad. Morirá por amor, caminará en el calvario y su sudor... gotas de sangre.
Expuesto y desnudo, por burladores escupido, hasta la última gota de su sangre derramará. Morirá sin tacha y pecado, el Santo de Dios lo llamarán. Con su muerte y resurrección habrá de vencer a la muerte y al pecado. 
Será tanto su resplandor que el mismo infierno lo desterrará y por ello pondrá la tierra ante el estrado de sus pies. 

Queridos Magos, puesto que ya sabéis de su gran revelación, quiero que hagáis algo por mi. Este año en vez  de regalos, quiero que le llevéis todo mi agradecimiento, mi amor y mi servicio. 
Porque el verdadero regalo de los Reyes magos es él, Emmanuel Dios con nosotros.

El baúl de Cenicienta.
                         

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