jueves, 28 de agosto de 2014

LA EXCELENCIA DE TU AMOR

Enredada en el aroma de mi habitación, cierro mis ojos para así poder conservar en la oscuridad que me atrae mis párpados, la grandeza de tu poder.
Y  un susurro en pos de adoración, expresa la necesidad de ser tu exclava, presa de tu amor, sierva de tus deseos y mandatos.
Tus mandamientos, son lámpara a mis pies, delicias a mi boca, que repiten como ecos en la noche y en la mañana son como un canto de sirena que se alza hacía tu trono.

Llévame a la excelencia, a la sabiduría y al poder, al poder de tu amor.
En tu grandeza hallé mi inspiración, y allí en la oscuridad de mis letanías y lamentos obtuve inteligencia.
Cierto que no toda inteligencia es sabiduría, pero tu generosidad lo regala todo, lo uno y lo otro, juntamente con el amor.

Sujetando mis pasiones, refrenando mis deseos, un grito de angustia sale de mi boca, pues no es tiempo, ni momento para distracciones, ni para desvaríos... 
Lágrimas recorren mis mejillas, tuyas son, tú las conoces bien.

De nuevo siento acariciar ese aroma, crece en la dimensión de esta habitación.
Y allí con las rodillas clavadas en el suelo, un cántico a media voz, sale de mi alma: "Enamórame, enamórame más y más de ti. Vaso frágil soy. Cuando tus dulces manos me toman, suelo brillar. Y ahí en la suavidad de tu tacto, siento tu agua verter en mí.
La frescura de tu agua que derramas, mece el estanque en el que me encuentro retratada.
Esparces perfume en mi ser, tu aroma no la puedo expresar, tu amor es como un sello, se clava en mi corazón, sanando los estigmas, que instauraron este mundo infiel y cruel."

Rodeada de gloria y poder, tan solo un deseo se halla en mi espíritu, poder ser una vasija entre tus manos, mi fiel creador.
Y en la esencia de esta sinfonía que resuena como ecos en el habitáculo de mi alma, abrazo con fuerza las ternuras de tus palabras... siempre soñé con  la excelencia de tu amor, porque un día entendí que fueron como sombras en los pasos de mi camino.

               

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